Y ahí estabas tú, de repente todo cobró sentido. Un camino que había estado lleno de dudas, de inquietudes y obstáculos, de pronto parecía el más correcto y estaba completamente despejado. Lo único que podía hacer era preguntarme como no había podido ver todo esto antes. ¿O sí lo había hecho y tan solo me había empecinado en negarlo? ¿Por qué había sido capaz de hacer algo así?
Ignoramos el latido del corazón acelerado, la sensación cálida que nos inunda desde dentro; pretendemos que todo transcurre de manera normal. Me pregunto en mi cabeza porqué decidimos no hacer caso de todo esto, ¿no sería más fácil aceptar lo que sucede?
Pero llegaste cuando menos lo esperaba y cambiaste mi forma de pensar, aunque nunca creí que podrías lograrlo. Y ahora me encuentro decidiendo que quizá no todo es tan malo como parecía al principio, y me doy cuenta de que yo también cambié.
Nunca me he llevado bien con los cambios.
Aunque hoy por alguna razón, creo que este no me vendría mal. Cosa curiosa, hay veces en las que uno mismo también puede darse sorpresas. No sé dónde estaré el día de mañana, ni si todos mis planes llegarán a concretarse de la forma que quiero. Pero deseo arriesgarme.
Fuente
La lluvia, a veces, nos hace ver que las cosas pueden florecer, que pueden cambiar. El amor siempre va a estar, está en cada uno tomarlo y amoldarlo y hacerlo más fuerte.